Plantas para regular la digestión y el tránsito intestinal
El estreñimiento o la diarrea son síntomas de desequilibrios en el sistema intestinal. En la actualidad, muchos de estos problemas se deben a nuestro ritmo de vida y a ciertos malos hábitos que pueden llegar a impedirnos hacer una correcta digestión. Sea por lo que sea, las plantas pueden ayudarnos a prevenir y a paliar estos síntomas.
1. Nutrición y digestión, bases para una buena salud.
La salud y la vitalidad del ser humano dependen en buena parte de la capacidad de realizar un adecuado proceso digestivo. Nuestra fuente energética son los nutrientes que ingerimos. Pero tal y como entran en el organismo no nos son útiles, por lo que nuestro sistema digestivo se encarga de llevar a cabo numerosos y complejos procesos químicos para convertir el alimento en la energía que necesitamos. Cuando el sis- tema digestivo no funciona bien, todo el cuerpo se resiente. No sólo porque los síntomas de su mal funcionamiento suelen ocasionarnos molestias físicas, sino también porque si este sistema nos realiza bien su tarea nos quedamos sin la “gasolina” de nuestro cuerpo.
En algunas ocasiones, nuestros malos hábitos son los causantes de que, de pronto, el sistema digestivo se rebele y deje de realizar su función como es debido. Comer rápido y mal, fumar y beber en exceso, experimentar largos periodos de estrés y ansiedad… son algunos de los factores que pueden influir negativamente en el funcionamiento de nuestro sistema digestivo. En este sentido, es importante aprender a diferenciar los problemas digestivos crónicos de los agudos. Los primeros, como una diarrea o unos vómitos repentinos y puntuales, pueden simplemente ser un sistema del cuerpo para defenderse, o para volver a reestructurar un equilibrio perdido. Pero cuando los síntomas persisten, puede tratarse de un problema crónico, y entonces, hay que buscar ayuda médica profesional.
El proceso que realiza el sistema digestivo es el siguiente: a través de la boca, los alimentos entran en el cuerpo, y son reducidos a una pasta homogénea por la acción de los dientes y la saliva. La bola alimenticia pasa al esófago y a través de él llega hasta el estómago, donde se descompone y se digiere. A continuación, en el intestino delgado, se descomponen más nutrientes y se mezclan más jugos digestivos. En este punto intervienen también la bilis (producida por el hígado) y la insulina pancreática, de tal forma que logran que los nutrientes se descompongan y pasen a la sangre. Los restos no utilizables van a parar al intestino grueso, donde permanecen hasta que son defecados. El uso de la fitoterapia puede ayudar de diversas formas a equilibrar el sistema digestivo: en primer lugar, puede contribuir a mejorar la digestión y prevenir úlceras; en segundo lugar, a remediar problemas de estómago antes de que se desarrollen; también puede regular el tránsito intestinal, prevenir y tratar el exceso de peso, o actuar como tónico y reconstituyente.
2. Suavizar la digestión y prevenir úlceras.
Las úlceras son erosiones en el revestimiento del estómago o el duodeno (la primera parte del intestino delgado que conecta con el estómago). Normalmente, el revestimiento del estómago y el intestino delgado tienen mecanismos de protección que les permiten prevenir los daños que pueden generar algunos ácidos irritantes producidos en el estómago. Pero hay factores externos, como el consumo excesivo de alcohol o de tabaco, que pueden deteriorar estos mecanismos, destruyendo este revestimiento y ocasionado una inflamación (gastritis) o una úlcera. Los síntomas que estas dolencias producen pueden ser dolor abdominal, vómito, pérdida de peso, deposición de sangre, acidez o dolor de pecho.
Mediante la fitoterapia, se pueden prescribir tres tipos de remedios a estas dolencias: las drogas amargas, las drogas con enzimas digestivas y los antiulcerosos.
2.1. Genciana, el poder de los principios amargos.
La Genciana lutea, también conocida como gengiba o unciana, crece usualmente a alturas de entre 1.000 y 2.500 metros de altitud, y es muy común en el Pirineo y en la cordillera cantábrica.
La variedad lutea es la más común en España, aunque también crece en los Alpes y Apeninos y se extiende hasta Asia Menor. Se desarrolla en los prados como una hierba más, y suele preferir los suelos calcáreos.
La genciana es una planta perenne y herbácea, que en estado silvestre puede llegar a alcanzar hasta 2 metros de altura. Su tallo es erecto, y de él surgen las hojas, que son de color verde amarillento y tienen una forma lanceolada, entre ancha y elíptica. El tamaño de las hojas oscila entre 10 y 30 cm de longitud y entre 4 y 12 cm de anchura, y varían un tanto su forma en función de si se encuentran en la parte baja o alta de la planta. Por su parte, las flores se distinguen por su color amarillo brillante, y por estar dispuestas en verticilios en las axilas de las hojas superiores. Su corola presenta de 5 a 9 pétalos estrechos.
Aparte de ser una excelente planta medicinal, la genciana se usa con frecuencia como componente de bebidas tónicas amargas, como el bíter o el vermut.
La droga natural de la genciana se extrae de sus órganos subterráneos, la raíz y el rizoma. Éstos poseen propiedades intensamente amargas, lo que los convierte en un preciado tónico digestivo muy empleado tanto en medicina popular, como en la composición de medicamentos para la farmacopea convencional.
La raíz de la genciana contiene diversos principios amargos, entre los que destacan la genciopicrina y la amarogencina. Esta última es una de las sustancias más amargas que se conocen; para que te hagas una idea, en una dilución de una parte de esta sustan- cia en 50 millones de partes de agua, aún conserva su característico sabor amargo. Al margen de estas sustancias amargas, la raíz de genciana contiene diversos azúcares, taninos y pectina. Todos estos elementos son los responsables de que la raíz de esta planta sea antihelmíntica, antiinflamatoria, tónico amargo, colagoga, emenagoga, febrífuga y estomáquica.
Indicaciones y dosis.
La raíz de la genciana está especialmente indicada como tónico amargo empleado sobre el sistema digestivo. Dos de las dolencias sobre las que actúa de forma más directa son la dispepsia y la falta de apetito. Este hecho se debe a que los principios amargos de la raíz de genciana excitan la secreción de todas las glándulas digestivas, incluidas las salivares. Por ello abren el apetito (acción aperitiva) y facilitan la digestión (acción eupéptica o digestiva). Otras de sus funciones como tónico estomacal la convierten en un remedio adecuado para combatir la gastritis crónica debida de una escasa secreción de jugos gástricos (hipoclorhidria), las ptosis o atonías gástricas (estómago caído), y las indigestiones que van acompañadas de vómitos.
Sus capacidades como colerética y colagoga estimulan la secreción de bilis por el hígado, y su vaciamiento al duodeno. Es, por lo tanto, un remedio conveniente en los casos de congestión hepática y de disquinesias biliares (vesícula perezosa). Además, otro de los rasgos que la diferencian es que su efecto máximo se produce a los 30 minutos de haberse tomado la preparación; esa rapidez de acción, unida a que su consumo posee un efecto tónico general, la convierten en una planta extremadamente efectiva.
La genciana posee otras virtudes medicinales no vinculadas directamente al aparato digestivo. Por una parte, resulta un correcto febrífugo, siendo especialmente efectiva en casos de paludismo, ya que se ha comprobado que es capaz de destruir los protozoarios causantes de esta afección, que parasitan los glóbulos rojos de la sangre. Por otra parte, resulta también un adecuado inmunoestimulante (estimulante de las defensas).
Advertencias.
Las tisanas y preparaciones en base a esta raíz se deben suministrar media hora antes de las comidas, para que en el momento de la digestión ya ejerzan completamente su efecto. Es importante que tengas en cuenta que las preparaciones en las cuales interviene el calor reducen algunas de las capacidades terapéuticas de la genciana, por lo que son preferibles los extractos blandos o fluídos.
Esta raíz se puede administrar de muy diversas formas: en decocción (de 2 a 3 minutos, 1 gramo por taza); tras una maceración en frío (2 gramos de polvo por taza y dejando macerar durante 4 horas); en tintura y tintura madre (de 30 a 50 gotas por dosis); en extracto fluido (de 2 a 4 gramos diarios), y en extracto seco, en nebulizado o en tisana.
No debe ser prescrito en personas que padezcan úlceras duodenal o gástrica.
Raíz de genciana.
Raíz de genciana. La droga vegetal de la la genciana lutea se extrae de la raíz y el rizoma. Principalmente se emplea para combatir dolencias de tipo digestivo. Para preparar una decocción a partir del extracto de su raíz, debes diluir dos gotas de raíz en una taza de agua y tomarla media hora antes de la comida.
2.2. Los enzimas digestivos del papayo.
La papaya, también conocida como melón de árbol, mamón, fruta bomba y lechosa, es el fruto del papayo (Carica papaya). Originaria del área tropical del continente americano –Brasil, Ecuador, Colombia o Venezuela– hoy en día también se cultiva en otras zonas del planeta, como Asia o África.
El papayo es un árbol que puede llegar a alcanzar 9 metros de altura. Su tronco es frágil y muy esponjoso, hueco por su parte central. No tiene ramas, sino que está coronado por un conjunto de follaje en forma palmeada en la parte superior, y su corteza es de color grisáceo. Además, presenta numerosas cicatrices características, producto del crecimiento y caída consecutivos del follaje superior. Las hojas, de tipo palmeadas, son de color verde oscuro y de consistencia muy recia. Además de poseer largos pedúnculos –pueden alcanzar los 61 cm de largo– y ser lobuladas, pueden llegar a medir hasta 24 centímetros de diámetro.
Antes de la llegada de los europeos, la papaya era conocida en México con el nombre chichihualtzapotl, que en náhualt (lengua del imperio azteca) significa "zapote nodriza". Esta civilización vinculaba especialmente el fruto del papayo con la fertilidad.
Los frutos y las flores se desarrollan en racimos justo debajo de la inserción de los tal- los de las hojas palmeadas, y siempre brotan al mismo tiempo. Las flores, al germinar, se agrupan en el extremo del tronco; son de color amarillo claro y cuentan con cinco sépalos y cinco pétalos del mismo color.
Por su parte, los frutos poseen una textura suave y una forma oblonga, y pueden ser de color verde, amarillo, naranja o rosa. Su desarrollo produce la caída de las hojas inferiores, por lo que quedan siempre al descubierto por debajo de las hojas.
La papaya es conocida como fruta de consumo, tanto de forma directa como en jugos y dulces (elaborados con la fruta verde cocinada con azúcar), y tiene unas magníficas propiedades para facilitar la digestión de alimentos de difícil asimilación, debido a su alto contenido en papaína.
En la medicina tradicional americana, se ha utilizado la fruta de la papaya desde tiempos inmemorables para tratar la enteritis y la diarrea persistente en los niños. La decocción se agrega a la leche que se le da a los niños, que la beben sin problema por su sabor dulce, y se va regulando la cantidad según sus efectos.
De la papaya se emplea, con finalidades terapéuticas, el látex extraído del fruto desecado, aunque también se puede obtener de las semillas, e incluso de la planta entera. Sus principales componentes activos son enzimáticos y entre ellos destaca especialmente la papaína. Una vez refinada, esta enzima adquiere la forma de un polvo amorfo, blanco o discretamente amarillento, y de sabor y olor casi imperceptibles.
Es capaz de disolver los trombos de fibrina y, en el cuerpo humano, ejerce una actividad peptónica muy superior a la de la pepsina digestiva.
Indicaciones y dosis.
A nivel terapéutico, la papaya es, ante todo, un excelente digestivo. Su jugo posee la capacidad de ablandar lascarnes, por lo que está altamente recomendada a las personas que tienen dificultades para digerir las proteínas y las grasas.
Debido a su alto contenido en papaína, resulta también muy recomendable en caso de dispepsia y dificultad de digestión de origen intestinal, especialmente cuando se ha reducido la segregación de jugos pancreáticos.
La ingestión del fruto fresco –además de resultar un excelente postre tras comidas con sobrecarga proteica– también ofrece beneficios saludables al cuerpo. Aparte de la presencia de papaína, que ayuda a digerir las proteínas, es una fuente muy importante de vitamina C, que favorece la absorción del hierro de los alimentos y aumenta la resistencia a las infecciones.
También posee betacaroteno, que nuestro organismo transforma en vitamina A, esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas y los huesos entre otras funciones. Otro de los elementos que aporta es el potasio, un mineral necesario para la transmisión del impulso nervioso y para la actividad muscular normal; así como una buena fuente de fibra, la fruta de la papaya ayuda a mejorar el tránsito intestinal.
Una fruta: La papaya.
Consumir esta fruta fresca también favorece la digestión.
En otros ámbitos terapéuticos, la papaya puede resultar un eficiente remedio para ciertas afecciones dermatológicas. Gracias a la capacidad de la papaína de disolver las proteínas, se ha empleado tradicionalmente para combatir crecimientos de piel como, por ejemplo, las verrugas. En dolencias de tipo otorrinolaringológico, la papaína también se puede emplear para disolver tapones de cerumen que obstruyen la actividad normal del oído. En ese caso, se pueden preparar unas gotas mezclando 15 cc de agua destilada con un 2% de bicarbonato sódico y un 5% de papaína.
Advertencia.
La savia de la papaya, que es de consistencia lechosa –de ahí surge uno de los nombres con los que es conocida la planta–, puede producir irritaciones alérgicas al entrar en contacto con la piel.
En individuos alérgicos también se han descrito casos de rinitis y asma, y en los casos más graves, puede producir reacciones anafilácticas.
2.3. Piña americana, tallo y fruto con propiedades diuréticas y digestivas.
La Ananas comosus, es una planta herbácea cuyo fruto recibe el mismo nombre que ella. Conocida como piña tropical, piña de azúcar o piña de India, es originaria de América central, Brasil y Paraguay.
La piña americana es una planta herbácea arbustiva que puede alcanzar algo más de un metro de altura, y que se compone de una roseta de hojas. Las inferiores son largas, angostas, acuminadas y de color verde-rojizo. Además, están cubiertas de diminutas escamas por su parte inferior, y cuentan con aguijones en las puntas.
Las flores son de color violeta o morado y están compuestas por tres sépalos y tres pétalos. El fruto, por su parte, es un sincarpio constituido por una piel áspera seccionada hexagonalmente, que pasa de color amarillo anaranjado a rojo-marrón cuando comienza a madurar. Internamente, su pulpa es amarillenta, muy jugosa, dulce, ácida y aromática.
Los indios guaraníes cultivaban y consumían de forma habitual la piña tropical mucho antes del descubrimiento de América. Cristóbal Colón fue, en el año 1943, el primer occidental que probó esta fruta, ya que los indios de la Isla Guadalupe se la ofrecieron en un intercambio.
Desde ese momento, los colonizadores la llevaron consigo, y no sólo la extendieron por el resto de las colonias sino que la importaron al viejo continente. La llamaron piña por su parecido a los piñones europeos. El nombre ananás significa perfume.
Las partes más interesantes de la piña desde un punto de vista medicinal son los tallos y los frutos. Estas zonas contienen una sustancia, la bromelaína, que es la que le aporta las propiedades medicinales a la planta. Esta enzima es capaz de desdoblar gran cantidad de proteínas, por lo que la convierte en un alimento extremadamente digestivo que se aconseja tomar tras haber ingerido comidas copiosas.
Indicaciones y dosis.
El principio activo de la piña, la bromelaína, produce un efecto digestivo comparable a la pepsina y la papaína. Diurético, vitamínico y de gran valor nutritivo, ya que también es un proteolítico digestivo. Por lo tanto, su uso está muy indicado en el tratamiento de dispepsias hiposecretoras, además de como antídoto para mareos. Resulta una decuado carminativo, y una buena ayuda contra problemas de hígado e ictericipero.
El jugo de piña tiene propiedades antiinflamatorias, anti-edematosa y anticoagulantes, por lo que puede resultar útil en casos de reumatismo, artritis, gota, urolitiasis y arteriosclerosis. También se utiliza para hacer gárgaras y eliminar el dolor de garganta. Por vía externa, posee cierta efectividad como tratamiento de afecciones de la piel.
Advertencia.
No existe ninguna dosificación para el consumo de piña, ya que se trata de un alimento. No obstante, hay que tener en cuenta que la ingesta desmesurada de cualquier alimento puede provocar alteraciones gastrointestinales.
2.4. Manzanilla para prevenir y tratar la úlcera.
La manzanilla (Matricaria chamomilla) es una hierba muy apreciada que crece en terrenos secos y soleados, en márgenes de caminos y sembrados de la mayor parte de Europa, sobretodo en Hungria y la antigua Yugoslavia. También se encuentra en algunas zonas de Asia Occidental y en el norte de África.
La manzanilla es una planta herbácea, anual y ramificada, que se recolecta entre la primavera y el verano. Suele tener un tallo de 70 cm de alto, erecto y ramoso, y desprende un fuerte olor aromático. Sus hojas son alternas, de color verde intenso, y las numerosas ramas secundarias terminan en capítulo floral. Las flores se mantienen erectas mientras son jóvenes y se dejan caer
cuando han madurado. El disco floral es convexo al principio para tornarse cónico después. Su centro es de color amarillo y el fruto es un asquenio arqueado.
La manzanilla es una planta muy conocida y utilizada de antiguo. Los egipcios, griegos y romanos ya la utilizaban contra las enfermedades del hígado y los dolores intestinales. Sus principios activos residen en los capítulos florales y en su esencia, y entre ellos destacan los aceites esenciales, numerosos flavonoides y principios amargos (matricina, matricarina...), además de cumarinas, mucílagos y sales minerales. Todos ellos convierten la manzanilla en un excelente estimulante digestivo, con capacidad anti-diarreica, carminativa y colerética (con capacidad para aumentar la secreción hepática de bilis). Además, la manzanilla actúa como sedante nervioso, antineurálgico y antiinflamatorio, y tiene capacidad antiséptica, antimicrobiana y emoliente.
Indicaciones y dosis.
La manzanilla es un remedio muy adecuado contra la inflamación y congestión hepática y las úlceras gástricas, además de resultar de gran utilidad para hacer frente a diarreas, cólicos flatulentos y lavados intestinales. En forma de tisana digestiva elimina las náuseas y evita los vómitos.
También resulta muy eficaz tomarla después de una comida difícil de digerir. Se hierve durante apenas 2 minutos, en una dosis de 6 a 8 cabezas de manzanilla por cada taza de agua. Transcurrido este tiempo, se cuela y se deja en reposo 10 minutos antes de tomarla bien caliente. Para facilitar la expulsión de gases, se puede elaborar una infusión carminativa combinando a partes iguales manzanilla y anís verde, e infusionando una cucharada de postre de la mezcla de hierbas por cada taza de agua.
Esta hierba medicinal también resulta un buen remedio para combatir la histeria, los dolores neurálgicos y la neurosis abdominal.
Además, es de gran ayuda en problemas vinculados al ciclo reproductivo femenino: dolores, falta de menstruación, supresión de la leche materna, etc. Para las madres que durante los primeros meses de embarazo experimentan indisposición general y frecuentes náuseas y vómitos, puede resultar de gran ayuda consumir tres tazas diarias de infusión de manzanilla.
En casos de conjuntivitis, úlceras y heridas externas, la aplicación de compresas de manzanilla puede suponer un alivio eficaz. Para ello, se hierven la flores secas unos tres minutos aproximadamente y tras dejarlo reposar, se cuela y se vierte el líquido en compresas de algodón, con las que se aplicarán repetidos toques sobre los párpados o sobre la herida.
Manzanilla.
Es muy últil en los casos de histeria, convulsiones infantiles y, muy especialmente, dolores menstruales (dismenorrea).
Como ya sabes, la manzanilla se puede encontrar fácilmente en supermercados, ya dispuesta para infusión. En tiendas de herbodietética o herboristerías especializadas también hay aceite esencial, tintura, cremas y extractos secos. Además, no resulta difícil secar las flores en casa y, a partir de ellas, preparar de forma doméstica muchos remedios.
Advertencia.
La planta fresca puede ocasionar dermatitis por el contacto y el aceite esencial resulta muy irritante para la piel y las mucosas.
2.5. Raíz de regaliz.
La Glycyrrhiza glabra es originaria del sur de Europa y crece en terrenos arenosos cercanos a corrientes de agua, como lechos de ríos, barrancos, vaguadas, etc.
Procedente de la Europa mediterránea y de Asia Menor, la planta del regaliz también se conoce como palo dulce, melosa o agarradera. Se trata de una planta perenne que, en estado silvestre, puede alcanzar hasta un metro de altura. Sus hojas son alternas, com- puestas y pinnadas desigualmente, y normalmente cuentan con 13 foliolos ovales. En caso de no tener este número, siempre se trata de una cantidad impar. Por su parte, las flores –de color azul o purpúreas– son axilares, de tamaño pequeño, y brotan de largos pedúnculos agrupadas en racimos o espiguillas. En cuanto a los frutos, se trata de legumbres oblongas comprimidas de tamaño pequeño, con una cámara que contiene de una a cuatro semillas, pequeñas y arriñonadas. Pero la parte más útil en términos terapéuticos, es la raíz. Es una estructura muy desarrollada, perenne y cilíndrica, que puede llegar a alcanzar una notable longitud. Es de color grisáceo por su parte externa, mientras que el interior se caracteriza por su tono amarillento.
La palabra regaliz proviene del latín liquiritïa, y éste del griego, que nace de la combinación de dos voces: por un lado rhiza, que significa raíz, y por el otro, glyks o glukus, que significa dulce. Por su parte, el apodo latino glabra proviene de glaber, y alude a la ausencia de pilosidad.
Indicaciones y dosis.
Tanto la raíz como los rizomas de regaliz poseen alcaloides, flavonoides y hormonas vegetales, aunque la glicirricina es la que les aporta sus principales facultades medicinales. Entre ellas destacan su capacidad para tratar dolencias como la gastritis o la úlcera gastroduodenal, en cuyo caso se debe utilizar su jugo fresco a razón de 25 a 40 g por día. La raíz de regaliz también sirve para tratar los espasmos y dolores abdominales del estómago e intestinos, ya que actúa como colagogo estimulando la excreción de bilis. Además es muy nutritiva y resulta extremadamente útil para paliar problemas del sistema respiratorio, como afecciones bronquiales, catarro y tos. Es un excelente desodorante del aliento, tienen una notable capacidad demulcente (que calma o suaviza la irritación de superficies irritadas) y en decocción, puede usarse para tratar la conjuntivitis.
Además de preparados normalizados de regaliz, su raíz seca triturada se puede emplear para realizar decocciones y tinturas domésticas. Para ello, se debe macerar en alguna bebida alcohólica de 45º durante 15 días. La ventaja de la raíz es que, una vez recogida y lavada adecuadamente, se puede guardar y se conserva perfectamente hasta que decidamos realizar una preparación.
El regaliz puede actuar, también, como excelente sustituto de las chucherías industriales que suelen consumir los niños. Aunque siempre se debe regular el consumo, el regaliz de palo (así como otras alternativas, tales como las uvas o las ciruelas pasas) es mucho más saludable.
En cuanto a las dosis idóneas, como ya sabes, varían en función de la presentación. He aquí algunos ejemplos: del extracto fluido se pueden consumir hasta 5 g por dosis en varias tomas al día; en extracto blando no se debe superar el gramo por dosis.
Precisamente esta cantidad, 1 g por dosis, es la que se debe suministrar cuando se trata de raíz en polvo, pero nunca superando un máximo de 3 veces al día. Por su parte, la tintura madre permite tomar 35 gotas tres veces al día.
Advertencias.
El excesivo consumo de regaliz puede producir dolor de cabeza y vértigo. Se desaconseja a personas diabéticas y a embarazadas, y nunca se deben sobrepasar los 40 gramos por día. La glicirricina del regaliz posee propiedades mineralcorticoides y glucocorticoides, por lo que su uso prolongado produce efectos negativos en el organismo, como hipertensión y retención de líquido. El uso de la regaliz está desaconsejado si se están tomado otros medicamentos como los que se suministran para aumentar la presión arterial (su combinación pueden producir un aumento excesivo de la tensión), los corticoides (al igual que la regaliz, producen retención de líquidos) o los productos que se toman para tonificar el corazón.
En caso de intoxicación, los síntomas más habituales son: dolor de cabeza por aumento de presión, edemas en la cara y en los tobillos, sensación de extremidades ardientes, debilidad, calambres, orina de color oscuro, pérdida ó menstruación y arritmia. Es importante tener en cuenta que estos síntomas solo aparecen en caso de haber real- izado un consumo abusivo y extremo de la planta. Muchas de las intoxicaciones se producen de una manera inconsciente con el uso habitual de esta planta en caramelos, sobre todo de aquellos que refrescan el aliento. Otros causantes de las intoxicaciones son la ingesta de grandes cantidades de bebidas que contengan regaliz –como el pérdida ó menstruación y arritmia. Es importante tener en cuenta que estos síntomas solo aparecen en caso de haber real- izado un consumo abusivo y extremo de la planta. Muchas de las intoxicaciones se producen de una manera inconsciente con el uso habitual de esta planta en caramelos, sobre todo de aquellos que refrescan el aliento. Otros causantes de las intoxicaciones son la ingesta de grandes cantidades de bebidas que contengan regaliz –como el anís–, fumar en exceso tabaco tratado con esta planta o consumir continuamente gomas de mascar o caramelos de regaliz.
3. Remediar problema estomacales.
El término indigestión se aplica a varios tipos de molestias gastrointestinales, que van desde los gases (eructos, flatulencia o inflamación) a la sensación de estómago revuelto. Por su parte, la palabra acidez se refiere a una sensación de ardor que puede deberse a una regurgitación de ácido estomacal hacia el esófago, a una inflamación del revestimiento del estómago (gastritis) o a una úlcera estomacal o duodenal. Otra posible causa de dolencias estomacales es la baja acidez o incapacidad de producir ácido estomacal en cantidades suficientes para llevar a cabo la digestión y la absorción denutrientes. Todos estos problemas en el estómago se pueden paliar con el uso de ciertas plantas medicinales, aunque lo fundamental es siempre revisar los propios hábitos; por ejemplo, las personas que comen demasiado rápido o que no mastican bien su comida experimentan con más facilidad síntomas de indigestión o acidez. Del mismo modo, el consumo de azúcar refinada, cafeína y alcohol complican las digestiones.
Existen varios tipos de remedios fitoterapéuticos que pueden mejorar los procesos digestivos y evitar las úlceras. Son los eméticos, antiheméticos y antiespasmódicos y los coleréticos, colagogos y hepatoprotectores.
3.1. Jengibre: efecto antihemético.
El Zingiber officinale es una planta herbácea que crece en todas las regiones tropicales del mundo.
Esta planta de la India, de la familia de las Cingiberáceas, puede llegar a medir unos 90 centímetros de altura, y cuenta con largas hojas. Éstas se caracterizan por ser radicales, lanceoladas y casi lineales. Por su parte, las flores surgen en espiga, y cuentan con una corola purpúrea sobre un escapo central de cuatro a seis decímetros de alto.
El fruto del jengibre es capsular, bastante pulposo y con varias semillas. Por su parte, el rizoma es perenne, nudoso y tuberoso, y suele tener el grueso de un dedo. A la vista resulta algo aplastado y de color ceniciento, pero su interior es blanco amarillento. La raíz del jengibre es de olor aromático y de sabor acre y picante como pimienta.
Su nombre, de procedencia hindú proviene viene la palabra sánscrita sinabera, que significa "formado como un cuerno". La raíz se debe extraer del suelo cuando sus hojas se han secado; entonces, se eliminan las barbas de la raíz y el resto del tallo. A continuación, se lava y se deja secar al sol.
Indicaciones y dosis.
El jengibre es aperitivo, estimulante digestivo, carminativo, estimulante circulatorio, antiinflamatorio, laxante, expectorante, febrífugo, antiséptico y analgésico. Resulta ideal para combatir las malas digestiones, acompañadas frecuentemente de náuseas, vómitos, mareos, etc. También es útil para recobrar el apetito, eliminar gases y contra afecciones respiratorias, dolores de muelas y neuralgias... Asimismo estimula la circulación periférica.
Debes saber que la raíz de jengibre es un efectivo tratamiento contra las nauseas cau- sadas por los mareos en medios de transporte, así como las padecidas por las mujeres embarazadas. Para todo ello, resulta ideal masticar raíz de jengibre, ya que detiene las nauseas.
Raíz de jengibre. La raíz de esta planta se utiliza también como estimulante gastrointestinal, tónico y expectorante, entre otros, y contiene muchos antioxidantes.
Externamente, sirve para tratar traumatismos y reumatismos.
Foto: jenjibre
Las dosis más adecuadas para administrar el jengibre dependen de la fórmula de reme- dio escogida. A grandes rasgos, se recomienda: para remedios en polvo, de 1 a 9 gramos diarios; de 20 a 30 gotas antes de las comidas en caso de tintura o tintura madre y de 10 a 100 gotas por dosis en caso de extracto fluido.
Advertencia.
En dosis altas el jenjibre puede producir gastritis, y su consumo está desaconsejado en caso de úlcera gastroduodenal activa. Tampoco se recomienda durante el embarazo y la lactancia ni en niños menores de 6 años.
3.2. Los efectos antiespasmódicos de la belladona.
La Atropa belladona, también conocida como belladama o solano mayor, es un arbusto que se suele encontrar en zonas de sombra con suelos ricos en limo.
Este arbusto resistente y perenne pertenece a la familia de las solanáceas, que es muy venenosa y se utiliza con fines terapéuticos, principalmente por contener el alcaloide llamado atropina. La belladona es propia de Europa, norte de África y oeste de Asia, aunque se ha naturalizado también en Norteamérica.
Normalmente la belladona alcanza una altura de 1,5 metros, aunque expuesta al sol experimenta un crecimiento menor. Sus hojas son laterales, desiguales, pilosas y de color verde oscuro. Por su parte, las flores son de color púrpura en los bordes y más claro en el resto. Suelen florecer entre mayo y agosto. El fruto de la belladona es una baya de dos celdas con numerosas semillas en su interior. Debes saber que toda la plan- ta desprende un olor fétido si las presionas entre los dedos.
La parte de la planta que se suele usar con fines terapéuticos son las hojas frescas y la raíz, que se pueden administrar en polvo de hojas, polvo de raíz, extracto seco, extracto fluido y tintura.
Al igual que la mandrágora, esta planta ha sido objeto de creencias, leyendas y fábu- las de todo tipo. Fue utilizada en el antiguo Egipto como narcótico, luego por los sirios para "alejar los pensamientos tristes", y las brujas de la edad media la usaban para sus pócimas. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían las damas italianas, que se frotaban su fruto debajo de los ojos para lucir más hermosas (en realidad produce midriasis o dilatación de las pupilas).
Indicaciones y dosis.
La presencia de la antropina entre los principios activos de la belladona es uno de los responsables fundamentales de su acción terapéutica. Esta planta puede actuar como antiespasmódica, antidolorosa, antiemética y antiinflamatoria. Por ello, se recomienda su uso en casos de gastritis, hiperacidez de estómago, salivación excesiva y úlceras, además de neuralgias y migrañas.
También puede resultar útil para paliar dolencias vinculadas al sistema respiratorio, como secreciones excesivas de mucosidad, tos espasmódica o ferina y asma. La belladona puede ejercer como cura paliativa de crisis de procedencia tan diversa como la epilepsia, cólicos biliares o nefríticos, menstruaciones dolorosas, sudor excesivo, reumatismos articulares, contusiones o espasmos de la avejiga.
Advertencias.
Al contener alcaloides, esta planta se debe consumir con mucha precaución. No administrar en caso de prostatismo, retención de orina, glaucoma, arteriosclerosis, angina de pecho ni durante la lactancia. Tampoco la deben tomar personas con hipertensión ni enfermedades infeccionas. Es importante que tengas en cuenta que, aunque la belladona sea una planta medicinal, debes usarla bajo prescripción médica y con conocimiento de su toxicidad.
3.3. Raíz de valeriana, para cuando los nervios atacan al estómago.
Como ya sabes, la valeriana (Valeriana officinalis) es una planta perenne considerada uno de los grandes fármacos naturales con los que cuenta el ser humano para mantener el equilibrio nervioso. La parte de la planta con mayor interés en términos fitoterapéuticos, la raíz posee cualidades que permiten su uso como sedante y calmante ante manifestaciones neurasténicas, nervios excesivos y sintomatologías derivadas de estas situaciones de ansiedad.
El exceso de nervios se manifiesta en nuestro cuerpo de formas muy diferentes: a veces sus síntomas pueden llegar a ser palpitaciones, espasmos, vómitos o incluso hinchazón intestinal. Cuando los problemas en el sistema digestivo provienen de una situación de ansiedad y estrés, el mejor remedio para combatirlos es la valeriana.
3.4. Alcachofa: acción depurativa y digestiva.
La Cynara scolymus es una planta cultivada como alimento en lugares de clima tem- plado. Tanto la planta como su inflorescencia en racimo, que es la parte comestible, se conocen bajo el nombre de alcachofa.
La alcachofa es originaria del norte de África, lo que explica que su cultivo esté muy localizado en países de la cuenca mediterránea. Se trata de una planta perenne de hasta 150 cm de envergadura, de la que surge un rosetón de hojas profundamente seg- mentadas y con pocas o ninguna espina.
Cabeza floral silvestre y comestible de la alcachofa. Las hojas tienen un color verde claro en el haz el envés está cubierto por unas fibrillas blanquecinas que le dan un aspecto pálido. Tanto el rabillo de la hojacomo la vena principal poseen unas costillas longitudinales muy salientes. Los capítulos florales, que son los que producirán las alcachofas comestibles, son terminales que presentan grandes flores de color violeta. La parte comestible es su centro en forma de rosetón, con hojas verdes superpuestas semejantes a escamas y conocida coloquialmente como “corazón de alcachofa”. La carne de la alcachofa es crujiente (si se toma asada), suculenta, jugosa, fina, y está dotada de un ligero amargor y un toque final dulce.
Indicaciones y dosis.
La alcachofa posee una serie de sustancias que no destacan por su cantidad, pero sí por sus efectos fisiológicos positivos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la cinarina y cinaropicrina, dos compuestos aromáticos responsables del sabor amargo de la alcachofa. La cinarina se conoce por su efecto colerético y diurético. Por su parte, hay quien considera que la cinaropicrina ejerce cierto papel preventivo frente a las enfermedades tumorales. La alcachofa también contiene ácido clorogénico, que es un compuesto fenólico con capacidad antioxidante, y esteroles, que son sustancias vegetales con semejanza química al colesterol animal y con una notable capacidad para limitar la absorción del colesterol en el intestino. Otros de los componentes de la alcachofa son el cinarósido – un flavonoide de acción antiinflamatoria, y algunos ácidos orgánicos, que potencian la acción de la cinarina y del cinarósido, entre otras muchas funciones.
Para su elaboración basta con limpiar y cortar los troncos de dos alcachofas, cocerlos al vapor durante 20 minutos, escurrir y triturar. A continuación, se lima la crema obtenida junto con una manzana pelada sin corazón y dos ciruelas troceadas.
Advertencias.
No existe ninguna dosificación para el consumo de alcachofa, ya que se trata de un alimento.
3.5. Boldo.
El Peumus boldus es un arbusto originario de las regiones montañosas de Chile.
El boldo es un arbusto perenne que, en estado silvestre, puede llegar a medir 8 metros, aunque su tamaño habitual está entre 3 y 6 metros de altura. Sus hojas son opuestas, elípticas y ovaladas, además de coriáceas, toscas y algo pecioladas. Se reconocen por su color gris verdoso y, sobretodo, porque son muy aromáticas. Las flores del boldo son de color blanquecino. Dioicas, nacen agrupadas en corimbos que, a su vez, están insertados en las axilas de las hojas y en el extremo de las ramas. Las flores del boldo brotan entre el invierno y la primavera. Los frutos son drupas de color negruzco y pequeñas dimensiones.
Indicaciones y dosis.
Gracias al contenido en sustancias con acción aperitiva, colerética y colagoga, el empleo de hojas de boldo es muy eficaz contra dispepsias, trastornos gastrointestinales leves (flatulencia, aerofagia...) y disfunciones hepatobiliares menores como insuficiencia hepática (hígado y vesícula perezosos), hepatitis, estreñimiento y migrañas provocadas por malas digestiones.
Las hojas de boldo también estimulan la producción de bilis (puede duplicar su flujo) y la salida del fluido desde la vesícula, lo cual favorece la digestión y combate los síntomas derivados de un mal funcionamiento del hígado o de la vesícula (flatulencia y espasmos intestinales). La infusión de boldo es muy digestiva y repara el hígado y la vesícula. Para ello se pueden tomar solas las hojas de boldo en infusión o combinadas con otras plantas digestivas. Se disuelve una cucharada sopera de boldo o de mezcla de plantas en un vaso medio de agua que se deja en reposo toda la noche. Al día siguiente se añade unas gotas de limón. Antes de tomar el preparado, es recomendable tomar una cucharita de aceite de oliva para estimular el vaciamiento de la vesícula.
Advertencias.
Conviene que el tratamiento con boldo no supere las cuatro semanas ni la dosis recomendadas, pues se han observado casos de intoxicación. El consumo de esta plan- ta en sus diferentes formas está contraindicado en caso de obstrucción de las vías biliares y enfermedades hepáticas graves, ya que, en estos casos, es aconsejable el reposo digestivo.
Por la presencia de alcaloides, no debe tomarse durante el embarazo, la lactancia y en la niñez.
3.6. Palomilla.
La Fumaria officinalis es una hierba que crece en terrenos cultivados o llanuras de suelo seco en toda el área mediterránea y las zonas templadas de Asia. Además de palomil- la, también es conocida como fumaria.
La palomilla es una hierba glabra de tallo erecto y muy ramificado, que puede llegar a alcanzar los 50 cm de altura. Sus hojas pinnaticompuestas y alternas, y los últimos folíolos están ubicados de forma casi lineal. A comienzos de primavera, brotan aproximadamente una docena de racimos terminales de unos 9 mm. cada uno. Las flores tienen el cáliz formado por dos sépalos pequeños, de color blanquecino y ovados, que se caracterizan por tener el borde dentado y más angosto que la corola; esta última está compuesta por cuatro pétalos unidos en el ápice pero libres, de los cuales el superior se prolonga en un espolón. De la palomilla surge como fruto un pequeño aquenio.
El nombre fumaria procede del latín fumus (humo), y según palabras de Plinio, se debe a que el jugo de la palomilla produce un intenso lagrimeo, como si de humo se tratara, así como por su olor, que también se asemeja. Medicinalmente, de la fumaria se emplea la planta entera en época de floración.
Indicaciones y dosis.
Tradicionalmente la fumaria se ha empleado como remedio diurético, laxante y depurativo, debido a su contenido en sales potásicas. En su composición química se encuentran el ácido fumérico, el alcaloide protopina y varios flavonoides, además de resinas.
Su capacidad amfocolerética la convierte en un buen remedio para las disfunciones hepatobiliares, ya que la planta es capaz de disminuir o aumentar la secreción biliar en función de la necesidad corporal. La infusión ligera se utiliza como hepatorregulador, diurético y laxante, y tópicamente para las afecciones del cuero cabelludo. También produce un efecto cardíaco intrópico positivo y antiarrítmico. Respecto al sistema nervioso, actúa como antagonista de la serotonina.
Advertencia.
Debe evitarse la sobredosificación, pues los alcaloides que contiene resultan cardio-tóxicos en concentraciones elevadas.
3.7. Cardo mariano.
El Sylibum marianum o cardo mariano es una planta comestible de la familia de las compuestas, como la alcachofa o la margarita.
Se trata de una planta comestible bianual, que crece de forma espontánea en suelos secos y soleados, taludes, yermos y escombreras, y está presente en toda la cuenca mediterránea y el sur de Europa. Se recolecta en primavera.
El cardo mariano es una planta espinosa, con el tallo robusto y ramificado. Sus hojas son lobuladas y están salpicadas de manchitas blancas. Las flores son de color púrpura y están dispuestas en una cabezuela terminal con forma de alcachofa.
Aunque, a nivel fitoterapéutico, se utiliza toda la planta, son sus semillas las que con- tienen mayor cantidad de principios activos, concretamente silimarina, al que se le atribuye una acción protectora sobre el hígado. Dicha sustancia fortalece las mem- branas de las células del hígado (hepatocitos), impidiendo la absorción de productos tóxicos que podrían dañarlas y asimismo, estimula la secreción de bilis y la síntesis de proteínas (renovación celular).
Indicaciones y dosis.
Por su particular composición, el cardo mariano actúa como protector del hígado, además de ser estimulante de la secreción biliar (efecto colagogo), hemostático (anti-hemorrágico), venotónico (contribuye a mantener en buen estado los venas), aperitivo, digestivo y ligeramente diurético (aumenta la producción de orina). Sus semillas, pasadas por un molinillo de café, se utilizan como un condimento muy saludable en ensaladas, y sus hojas, desprovistas de espinas, se pueden consumir a modo de ver- dura y ensaladas. El cardo mariano está indicado para diversas afeciones del hígado, como la hepatitis o la cirrosis hepática, además de para paliar el efecto de las piedras en la vesícula biliar, intoxicaciones, hemorragias y varices, jaquecas, neuralgias, mareos y vómitos. Se puede administrar en forma de infusión, polvos, tintura, gotas o pastillas.
Como ya sabes, esta planta resguarda al hígado de drogas como el alcohol y hongos venenosos, así como de las usadas en quimioterapia u otras sustancias perjudiciales. El cardo mariano interfiere en el desarrollo de la cirrosis y elimina el tejido anómalo que acompaña al daño hepático de origen alcohólico. Además, fomenta la producción de proteínas en las células del hígado, estimulando el crecimiento de células nuevas y ayudando a que las dañadas se regeneren. Se considera que al menos 250 mg. por día de cardo mariano pueden ayudar a la gente con diabetes y otros daños que tengan que ver con la regulación de la glucosa en el cuerpo.
Advertencias.
No se recomienda el consumo de cardo mariano a personas hipertensas y nunca se debe combinar con la medicación antidepresiva.
4. Regular el tránsito.
El acelerado ritmo de vida, junto con la práctica corriente de ciertos hábitos nocivos, como fumar y consumir café y alcohol en exceso son las causas más frecuentes de los trastornos del aparato digestivo que se registran en la actualidad. Entre éstas destacan con mayor incidencia la diarrea, el estreñimiento, la dispepsia, las úlceras gastroduodenales y las hemorroides. Todas ellas suponen desequilibrios en el tiempo normal del tránsito intestinal.
4.1. Sésamo, semillas con efecto laxante.
El Sésamum indicum, también conocido como ajonjolí (nombre de su semilla, que es la parte más utilizada), es una planta de gran adaptabilidad, lo que permite su cultivo en países tropicales, subtropicales y de zona templada.
El sésamo es una planta anual y erecta, cuyo tallo suele ser cuadrangular, y que puede llegar a alcanzar una altura de 2 metros. Según las variedades, el tallo puede ser glabro o velloso. Las hojas son simples y de lámina lanceolada o acorazonada. Puede darse el caso de que las hojas basales sean lobuladas y las apicales sean lanceoladas. Son de color verde, pero la parte más expuesta a los rayos solares adquiere un tono rojizo. Las flores son blancas o ligeramente lilas, y tienen una forma acampanada. Suelen medir de 2 a 4 cm de longitud y se encuentran varios centenares de ellas en cada planta. El fruto es una cápsula que posee, normalmente 4 celdas llenas de semillas, aunque puede haber frutos dobles. La semilla es pequeña, achatada y de color variable, que oscila entre el blanco cremoso y el negro.
La principal droga natural del sésamo son sus semillas, aunque también se utilizan las hojas. Las semillas tienen un alto contenido en grasas insaturadas, lo que junto a la lecitina que contienen, las convierte en un alimento que contribuye a reducir los niveles de colesterol sanguíneo. Además, son fuente de diferentes minerales como el calcio, que interviene en la formación de huesos y dientes; el hierro, que desempeña numerosas e importantes funciones en el organismo; y el zinc, mineral que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Las semillas de sésamo poseen también abundantes cantidades de fibra, por lo que su consumo resulta beneficioso para la regulación de la función intestinal. Las semillas del sésamo suelen consumirse como parte de la alimentación, ya que se emplean en la elaboración de algunos panes y dulces.
Indicaciones y dosis.
Las virtudes medicinales del sésamo inciden directamente sobre el sistema digestivo, ya que, por su contenido en mucílagos, puede actuar como demulcente en caso de afecciones catarrales del sistema digestivo y diarrea. En estos casos se puede administrar en forma de infusión, maceración o deccoción de hojas. También puede adquirirse en forma de aceite, que tiene una función discretamente laxante.
La infusión de hojas de sésamo aplicada de forma externa también tiene virtudes dermatológicas, y puede servir como ayuda para tratar la conjuntivitis. Por su parte, la decocción de semillas actúa como regulador menstrual.
Advertencias.
No se han descrito efectos secundarios.
4.2. Malvavisco.
El malvavisco, bismalva o hierba cañamera (Althaea officinalis) es una planta herbácea cultivada desde la antigüedad por sus propiedades medicinales.
El malvavisco es una planta bianual y vivaz con varios tallos robustos que pueden alcanzar el metro y medio de alto; son erectos, de color blanquecino, redondos y leñosos, y acogen muchas hojas. Éstas, con un tamaño de hasta 10 cm de alto por 7 cm de ancho, son pubescentes, y se caracterizan por tener pelillos blancos, cortos y apretados, lo que, a la vista, genera la sensación de que un velo de polvo las recubre. Se dividen en varios lóbulos agudos y profundos, y están irregularmente dentados. Las flores que nacen entre junio y septiembre son de color blanco o ligeramente rosadas. Pueden brotar de forma solitaria, pero normalmente lo hacen en fascículos axilares. Los cinco pétalos con los que cuenta, de hasta 2 centímetros de ancho, están unidos a un tubo estaminal cilíndrico que posee sus estambres ramificados. Resultan muy vistosos gracias a la presencia de anteras de color violeta o purpúreas. El fruto, que sólo contiene una semilla, es aplanado.
La raíz del malvavisco es larga, gruesa y cónica, y va cobrando mayor tamaño con la edad. Por fuera, su color es amarillento, mientras que por dentro, adquiere una tonalidad blanquecina y una textura fibrosa. Se trata de una estructura rica en almidón, que posee un distintivo gusto dulzón causado por la fuerte concentración de polisacáridos. Contiene, también, pectina y varios flavoniodes.
Indicaciones y dosis.
La tisana de flores tiene propiedades expectorantes, diuréticas y emolientes, aunque se consume sobre todo para aliviar la uretritis y los cálculos renales, finalidad para la cual se deben recoger los brotes tiernos en verano.
La raíz, cosechada a finales del otoño, tiene propiedades similares; se emplea para tratar problemas digestivos, inflamaciones bucales y como laxante, así como para aliviar las molestias del síndrome de colon irritable. En decocción, maceración o extracto fluido, la raíz actúa como gastroprotector sobre el estómago, mientras que sobre la zona intestinal es muy eficaz como tratamiento complementario de diarreas y enteritis. Externamente, la infusión de raíz seca se usa en emplastes para tratar irritaciones, abscesos y úlceras. Con las hojas se puede preparar un emplasto antiinflamatorio para las picaduras de insecto, y la tisana de flores se emplea para lavar heridas o quemaduras gracias a sus propiedades ligeramente antisépticas y analgésicas.
Hacer gárgaras con el macerado de hojas en agua fría es muy bueno para la garganta irritada. A su vez, una compresa empapada en una decocción de hojas y raíz alivia las quemaduras leves. Generalmente, el malvavisco suele ser útil para paliar las inflamaciones de las vías respiratorias.
Advertencias.
A pesar de no estar clínicamente comprobado, el malvavisco puede interferir con la absorción de medicamentos orales. Por lo tanto, debes asegurarte de ingerir el remedio elaborado con esta planta varias horas antes o después de otros agentes medicinales. También es importante que aprendas a distinguir esta planta de la hoja de malva y de la flor de malva.
4.3. Mirtilo, para cortar la diarrea.
El Vaccinium myrtillus es un arbusto que también se conoce por el nombre de arándano, arandilla o meruéndano, y que es originario de zonas nórdicas.
El mirtilo es un arbusto perenne de unos 30 a 60 cms de alto que crece en las montañas y bosques de Europa y el norte de los EEUU. Sus ramas, que sonangulares y enderezadas, contienen hojas alternantes, elípticas y de color verde brillante. Sus flores, que aparecen entre abril y junio, son de color rosa y tienen forma acorazonada. La aparición del fruto se produce entre julio y septiembre, y su maduración depende de la elevación: las plantas que crecen a mayor altura generalmente maduran más tardía- mente que las que crecen a menor altitud. Sea como fuere, el preciado fruto es azul oscuro y es conocido como arándano. La historia medicinal de este árbol se remonta a la Edad Media, aunque no fue conoci- da por los herbolarios hasta el siglo XVI, cuando se documentó su uso en casos de litiasis biliar, escorbuto y tuberculosis. Las hojas del mirtilo contienen taninos catéquicos que le permiten ejercer una acción astringente (antidiarréico, hemostático local) e hipoglucímico, reforzada por la neomirtilina y las sales de cromo. El arbutósido que también contienen es también un útil antiséptico urinario. Pero si hablamos del fruto, las propiedades aumentan. Los pigmentos antociánicos que contiene le confieren una acción como antiinflamatorio, antihemorrágico, vitamínico P (mejoran la microcirculación, aumentan la resistencia y controlan la permeabilidad capilar), además de poder contribuir a la regeneración de la capa vascular de la retina, aumentando la agudeza visual. Sus taninos tienen una actividad astringente (antidiarréico, hemostático local) y antiséptica.
Indicaciones y dosis.
La ingestión de los frutos del mirtilo, los arándanos, puede actuar como tratamiento de dolencias tan diversas como las varices, las hemorroides, la fragilidad capilar, diversas arteriopatías, edemas por insuficiencia venosa, hemeralopia, retinitis pigmentaria o incluso la miopía. El consumo de extractos de arándano también puede ofrecer protección significativa contra el desarrollo de glaucoma, debido a sus propiedades antioxidantes y estabilizadoras del colágeno. Las infusiones de hojas de mirtilo sirven como remedio de diarreas, diabetes, cistitis, uretritis, pielonefritis y vulvovaginitis. En su uso externo el mirtilo permite hacer frente a enfermedades como la dermatomicosis o la estomatitis, además de eczemas, heridas y úlceras dérmicas.
En resumen, debes recordar que el arándano, como fruta seca es extremadamente popular como tratamiento sintomático de la diarrea y alivio tópico de inflamaciones de menor grado de la membrana mucosa y para una gran variedad de trastornos oculares, incluidos la poca visión nocturna, fatiga ocular y miopía.
Advertencias.
Como ya sabes, aquellos remedios que son a la vez alimentos, suelen tener pocos efectos secundarios. Aún así, en caso de gastritis o úlcera gastroduodenal, los taninos que contiene el arándano podrían provocar un aumento de las molestias.
Del mismo modo, debido al considerable contenido en hidroquinona de las hojas, debes recordar que los tratamientos tienen que ser discontinuos.